martes, 21 de octubre de 2008

LA HORA FRÍA (2006). Silke, no gracias, no gracias.




La Hora Fría
, del director Elio Quiroga es una más de entre las miles de películas fantásticas o de terror que hablan sobre el fin dle mundo. Teniendo en cuenta que, a mí personalmente, este tema y este subgénero me encantan, podría decirse que es una película interesante para el que escribe, y así lo era, en un principio. Hay que decir que no tuve tiempo de ir a ver esta película al cine cuando la estrenaron, porque antes de que descubriera que se estrenaba ya la estaban quitando de las salas, uno de los grandes males del cine español y algo en lo que no mucha gente parece fijarse. Se acepta como un hecho: si la película (española) no hace un taquillón el primer día, desaparecerá de la cartelera como las ilusiones de los aficionados de la Real Sociedad (entre los que me encuentro), o más rápido si cabe.

Así pues, tenemos una película de género, con toques de ciencia-ficción, una postproducción (supuestamente) compleja, etc. y entre las manías del exhibidor y el poco riesgo de los distribuidores (si quieres ganar dinero con el cine, al menos en España, hazte distribuidor) a sabiendas de que sólo adelantan la pasta y la recuperan antes que nadie, pues... no tenemos nada.

Y eso que todavía no he empezado a criticar la película.

Partiendo de la base de que casi nadie a podido verla en el cine, no entraré a valorar si ha sido un éxito o no. También desconozco su presupuesto, pero con sólo 28 copias en todo el territorio nacional, pocas posibilidades tenía de convertirse en un gran éxito, la verdad.

Pasemos a la película. Es interesante que se haga un planteamiento como el que nos ocupa dentro de nuestra industria plagada de dramas sociales y comedias (también "sociales", diré), partiendo de un nada velado homenaje al maestro Carpenter: un grupo de 8 personas, entre los que se encuentran un niño y una adolescente, sobrevive en un sótano de un bunker, rodeados de "armas biológicas vivas" que contagian su enfermedad con sólo tocarte pero no mueren de ella ("Los Extraños") y seres luminosos que llevan el frío por donde pasan ("Los Invisibles"). En fin, eso, de por sí, es, al menos, tan interesante como los habituales remakes de terror que nos llegan desde EEUU.

La película adolece de muchas cosas: los actores (con la única excepción de Nadia de Santiago, que está, como suele ser habitual, bastante suelta y resulta mucho más creíble que los demás), sobre todo en el caso de Silke (MODO PETER GRIFFIN ON: Prefiero que nos pongan un nuevo impuesto para darte de comer que seguir viendote ¿actuar? MODO PETER GRIFFIN OFF) y de varios de sus compañeros adultos, no daré nombres, no hace falta, son EL RESTO (aunque he de decir que, además de Nadia de Santiago, sólo respetaría el trabajo, inconstante, eso sí, del niño protagonista y de Pepo Oliva). En este caso no ya por la, habitual, falta de dicción de los actores españoles, sino porque resultan imposibles de creer en un entorno postapocalíptico como el que describe la película. Tampoco resultan muy destacables las escenas de acción, aunque me molestaron mucho menos que las interpretaciones. Por último, el interés del guión viene y va, dejándose en el camino la profundidad que podrían tener algunos personajes y que terminan por quedarse en nada.

El director, no obstante, consiguió, por momentos, resultarme interesante con la cámara (acción aparte) y su montador tiene algún momento realmente inspirado. En cuanto a la fotografía, retocada con filtros en postproducción, también cumple perfectamente su función.

El mayor problema de la película consiste en quedarse en un quiero y no puedo, no ya tanto por la falta de presupuesto (que también, pero esto se le presupone al cine español de género), sino por el poco desarrollo tanto de los personajes como de la situación en la que se ven inmersos (no es que necesite una justificación para todo lo que ocurre, pero si empiezas a darla, no te quedes a medias).

Así pues, una película española diferente, dentro de lo habitual, lo que resulta muy admirable (me interesó tanto que es la segunda película española del año pasado que veo, la otra es REC), que entretiene por momentos, aunque nunca llega a asustar o crear una tensión creciente, pero he visto bodrios mucho peores, la verdad.

Lo único que nos queda es rezar porque si alguien tiene la bendita idea de hacer películas de este género, las empiecen a tratar un poco mejor a partir de ahora los señores productores y, sobre todo, los señores distribuidores.

VALORACIÓN: 3 UNIDADES APROVECHABLES

Lo Mejor: El final, curioso aunque hubiera sido mucho más impactante si se hubiera profundizado más en la situación en la que han quedado estos personajes. El hecho de que se haya podido hacer con cuatro duros y además tener una postproducción de 10 meses: los efectos funcionan, no es Starship Troopers, pero no "cantan".
Lo que la hunde (del todo): Silke.
Lo aprovechado entre lo desaprovechado: Nadia de Santiago y los decorados.
Lo más triste: que casi nadie se enterase de que se estrenó.

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