
En el artículo anterior, el de
Distrito 9 (Neil Blompkamp, 2009), destacaba que este era un gran año para la
ciencia ficción cinematográfica y que, al parecer, esto iba a quedar subrayado por otra película, la que nos ocupa en esta crítica. Antes de hablar de la propia película en sí, me gustaría hablar un poco del género, para intentar transmitir una impresión que me ha quedado después de verla.
Para empezar, la
ciencia ficción es un hipergénero, o así lo llaman los estudiosos. En otras palabras, es un
género que abarca un número infinito de posibilidades y, por lo tanto, es susceptible de mezclarse con otros géneros y otros lenguajes. Así, nos encontramos con que el espectro de historias que se pueden contar dentro de la ciencia-ficción es el mismo que podemos encontrar para El Cine. Me explico:
el arte cinematográfico engloba historias de todo tipo, ficción o no ficción, comedia o drama, etc. la mayoría de las cuales apenas cambian desde los inicios del cine. Por supuesto, como en todas las artes, nos encontramos con intentos, con mayor o menor éxito, de mezclar esos géneros para crear uno nuevo: comedia + acción =
buddy movie. Es sólo un ejemplo, pero en todos los casos nos encontramos con que el resultado es algo que se puede incluir perfectamente en las listas de "pertenecientes a un género concreto". Arma Letal, siguiendo con el ejemplo, se la puede clasificar sin problemas en la lista de "Acción" y no tan fácilmente dentro de la de "Comedia". Es decir, acaba siendo principalmente una película de acción con toques de comedia. En el caso de la ciencia ficción de los últimos años, nos encontramos con que
prácticamente todos los géneros han sido mezclados con ella y los resultados no son específicamente de un género concreto, sino que son ambas cosas: ciencia ficción y el género que sea. Ejemplos de esto serían: SF + catástrofes (
El Nucleo,
Armageddon,
Deep Impact...), SF+acción (
Starship Troopers,
Matrix,
Terminator), SF+ comedia (
Galaxy Quest, Treekies no os la perdáis) y así con casi cualquier otro género (thriller, terror, cualquiera). Sin embargo, y el tochazo anterior sólo ha sido para introducir esta frase, EXISTE el género puro de la ciencia ficción y eso es lo que nos estaba faltando estos últimos años.
Teníamos mucha ciencia ficción reconocible como ciencia ficción, pero pocos ejemplos de ciencia ficción pura y exclusiva. Existen islas, películas de sci-fi pura entre cientos de sci-fi híbrida, grandes ejemplos que se destacan como grandes películas en las listas de los últimos años, pero casi ningún año hemos podido encontrar dos ejemplos y mucho menos dos ejemplos y dos
space operas (minigénero exclusivo de ciencia ficción) y 2009 ha traído estos cuatro regalos para el
fandom: La conclusión perfecta de
Battlestar Galactica (4ª temporada de la serie, primera space opera), el regreso de unos personajes míticos por la puerta grande del entretenimiento en
Star Trek de
JJ Abrams, la novedad y frescura de
Distrito9 y el homenaje sencillo y profundo al género que es
Moon, de
Duncan Jones.
Y con esto no quiero decir que no haya otras obras del género en este año, sino que éstas cuatro destacan muy por encima de la media y son cuatro grandes en un año, lo que, sinceramente, no sé desde hace cuanto que no pasaba... pero también tenemos otras obras disfrutables y que se recordarán en años venideros, como la serie
Fringe, llena de posibilidades futuras, la aparición de un entretenimiento (y poco más) como
FlashForward y el acercamiento de un cine como el ruso a la adaptación de una de las obras magnas de su literatura de ciencia ficción con todos los medios posibles y en dos partes, de la que ya espero la segunda entrega, me refiero a
The Inhabited Island.
Moon, la película protagonizada por un inmenso
Sam Rockwell, actor que empezó en el género como un
"camisa roja" en
Galaxy Quest y luego asecendió a
Zaphod Beebleebrox, el presidente de la galaxia de dos cabezas en otra joya del género,
La Guía del Autoestopista Galáctico (Garth Jenning, 2005), ¡toma ascenso!, y dirigida por el debutante
Duncan Jones, autor también de la historia original, es, ante todo, una película de ciencia ficción pura, como lo es un relato de
Isaac Asimov o lo eran películas como
2001: Una Odisea en el Espacio (Stanley Kubrick, 1968) y su secuela,
2010: Odisea Dos (Peter Hyams, 1984) y funciona perfectamente como una pieza más del género. Me gustaría desvelar poco de su argumento, para aquellos que no han tenido el placer de verla todavía, pero, básicamente, la película trata de las últimas semanas de Sam Bell, un empleado de Lunar Industries en su puesto en la
cara oculta de la luna, recolectando
Helio3, con la única compañía del robot GERTY, al que le presta su tranquila voz Kevin Spacey. Con esa limitación de espacios y personajes, el director se las ingenia para tenernos atrapados con su relato. Los decorados y efectos especiales (en los que el uso de maquetas es pronunciado y además resulta tremendamente efectivo en su mezcla con elementos CGI) son perfectos para la historia y la música de
Clint Mansell (de quien recordaréis
su banda sonora para Requiem por un Sueño) está en perfecta consonancia con las imágenes y sentimientos de los personajes. Por último y como un elemento muy destacable, sobre todo teniendo en cuenta el Hype que se ha desarrollado a su alrededor, está el hecho de que la película en ningún momento es un ejercicio de estilo autoral, sino que se cuenta la historia de una forma cercana y personal, pero acompañándola sin destacar más que lo que está pasando, alcanzando un ritmo narrativo muy cercano al de los relatos de literatura de ciencia-ficción y resultando en una experiencia similar a leer relatos como
El Sistema Marciano, de Asimov, o el propio
El Centinela, de Arthur C. Clarke en el que se basaron, principalmente, su autor y Kubrick para elaborar 2001. Este detalle narrativo, es una de las cosas que más me han gustado de la película.
Me encanta, como ha quedado claro en las 18 veces que he mencionado la palabra en este artículo, la ciencia ficción (19 veces ya). Disfruto con su particular sentido de las cosas y con la confianza plenamente ganada de saber que sus autores, escritores, directores, etc. seguirán sorprendiéndome una y otra vez. Este ha sido un gran año como espectador habitual de ciencia ficción cinematográfica y Moon es un cierre que probablemente defraudará a algunos, que esperan una obra distinta, quizás como lo fue su predecesora Distrito 9, pero se encontrarán con un relato clásico, magníficamente interpretado y narrado con un estilo familiar para los que sí disfrutamos leyendo/viendo una obra de ciencia ficción pura y dura. Gran año, en serio.
VALORACIÓN: 5 UNIDADES APROVECHABLES
¿Éxito o fracaso? Es sin ninguna duda un éxito de crítica, acaba de ganar los premios a mejor película y actor en el festival de Sitges y llega precedida por un halo de "película que hay que ver" que sin duda le ayudará a recuperar su pequeño presupuesto y convertirá a Sam Rockwell en un rostro mucho más familiar de lo que ya era (incluso no me sorprendería una nominación al Óscar), pero, de momento, no es el éxito de taquilla del año, con unas recaudaciones bastante discretas, aunque apenas se ha estrenado en unos pocos países, incluyendo EEUU, así que es pronto para hablar de una taquilla baja.
+ ¿Lo más aprovechado? El talento de Sam Rockwell, los decorados y maquetas y la sensación de estar leyendo un relato clásico de ciencia ficción.
- ¿Lo menos aprovechado? Nada, el relato funciona perfectamente tal cual está. Si acaso, el hecho de que lo del original no esté tan destacado en esa llamada, y los que la hayáis visto lo entenderéis.
Trailer Oficial en Inglés y HD
Trailer Oficial en Castellano.
Música de Clint Mansell.
5 escenas de la película.
Sam Rockwell Stars in Moon.
Entrevista en Sundance al actor y al director Duncan Jones.
Rueda de prensa en Sitges'09, recopilación de momentos divertidos
La Receta para el Éxito de Sam Rockwell (Inglés sin subtítulos)
Por cierto, al final han sido 23 las veces que he citado "ciencia-ficción" en este artículo, incluyendo esta última ;D